Así lo encontraron en las víspera de su otoño, cuando el cadáver era en realidad el de Patricio Aragones, y así volvimos a encontrarlo muchos años mas tarde en una época de tantas incertidumbres que nadie podía rendirse a la evidencia de que fuera suyo aquel cuerpo senil carcomido de gallinazos y plagados de parásitos del fondo mar.
Gabriel García Márquez – El otoño del patriarca | Premio Nobel de Literatura